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«Не жалею, не зову, не плачу…» на испанском языке

Стихотворение Сергея Есенина на русском языке и в двух переводах на испанский язык.

Сергей Александрович Есенин

Не жалею, не зову, не плачу…

Не жалею, не зову, не плачу,
Всё пройдёт, как с белых яблонь дым.
Увяданья золотом охваченный,
Я не буду больше молодым.

Ты теперь не так уж будешь биться,
Сердце, тронутое холодком,
И страна берёзового ситца
Не заманит шляться босиком.

Дух бродяжий! ты всё реже, реже
Расшевеливаешь пламень уст.
О, моя утраченная свежесть,
Буйство глаз и половодье чувств!

Я теперь скупее стал в желаньях,
Жизнь моя, иль ты приснилась мне?
Словно я весенней гулкой ранью
Проскакал на розовом коне.

Все мы, все мы в этом мире тленны,
Тихо льется с клёнов листьев медь…
Будь же ты вовек благословенно,
Что пришло процвесть и умереть.

Сергей Есенин (1895—1925)

Sin quejas, ni lamentos ni llantos

Sin quejas, ni lamentos ni llantos
como el humo a través del florido manzano
hasta mí llegó la marchitez dorada
ya no seré más joven y lozano.

Ya no lates con la fuerza de antes
mi corazón tocado por el hielo
y caminar descalzo por el bosque
ya no es una ilusión, no es un anhelo.

El deseo de aventura cada vez es menor
y el fuego de los labios ya se ha ido
¡oh mi joven y lejano frescor
mis antaños pletóricos sentidos!

Ahora son escasos mis afanes
¿he vivido mi vida o la he soñado?
Es como si en un alba primaveral
galopé sobre un caballo rosado.

Nuestro destino es frágil y finito
el cobre de las hojas lento emana
por todos los siglos sea bendito
lo que florece hoy para morir mañana.

Serguéi Esenin,
la traducción de Edgardo Malaspina

No me lamento, no llamo, no lloro…

No me lamento, no llamo, no lloro,
todo pasará como humo de manzanos blancos.
Preso del oro del marchitamiento,
Ya jamás seré joven.

Ahora ya no vas a batir
corazón, tocado por un frío.
Y el país de percal de los abedules
no me invitará para vagar descalzo.

Ánimo de vagabundo, ya muy raramente
avivarás la llama de los labios.
Oh, mi perdida frescura,
alboroto de los ojos, inundación de los sentidos.

Ahora soy más avaro en deseos,
¿Vida mía? ¿O acaso me has soñado?
Como si en resonante madrugada de abril
hubiera galopado sobre un caballo rosa.

Todos, todos en este mundo somos perecederos,
sin ruido se derrama el cobre de los arces…
Que sea bendito eternamente
todo lo que llegó para florecer y morir .

Serguéi Esenin,
la traducción de Olga Starovoitova y José Jiménez

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